En diferentes ensayos con la nueva formulación ‘Auxim Vital’, un bioestimulante diseñado especialmente con motivo de su 25º aniversario
La fase de engorde en sandía es un momento vital para
el devenir de la rentabilidad del agricultor, un proceso que se inicia tras la
polinización de las flores femeninas por las masculinas, y que es crucial para
su rendimiento ya que es en este periodo cuando la fruta experimenta un rápido
crecimiento y acumulación de azúcares y nutrientes que contribuyen a aumentar
su tamaño, pero también a su sabor y calidad.
La aplicación de ciertos bioestimulantes, junto a una
fertirrigación equilibrada, mejora las condiciones de la planta durante estos
procesos, favoreciendo la división celular y aumentando el tamaño y peso de los
frutos, gracias a la acción indirecta de los promotores de auxinas.
En este sentido, Vellsam Materias Bioactivas ha
conseguido, con diferentes ensayos en cultivos de sandía y melón de
invernadero, incrementos medios superiores en todos los casos con respecto a
los frutos que no fueron tratados, logrando de este modo una mayor rentabilidad
para el agricultor en este cultivo de temporada.
Lo ha logrado con la aplicación de una de sus nuevas soluciones
tecnológicas, Auxim Vital, un bioestimulante que ha sido especialmente diseñado
con motivo del 25º aniversario de Vellsam Materias Bioactivas, que bajo el
nuevo epígrafe ‘Revital’ dispone de nuevas soluciones tecnológicas de última
generación, formuladas desde el departamento de I-D-i para aumentar los
rendimientos en todas las fases vegetativas de los cultivos.
Auxim Vital favorece la concentración de triptófano en
el interior del cultivo, siendo este el precursor de las fitohormonas
naturales, auxinas, que aumentan el desarrollo celular en el fruto, haciendo
que este aumente también, en poco tiempo, su peso y su calibre, y minimizando
el uso de fitohormonas exógenas de síntesis que pueden provocar malformaciones
en el fruto.
Asimismo, contiene una alta concentración de glicina
betaína, que aporta al producto ventajas sustanciales como la mejora de la
osmorregulación de la planta en condiciones abióticas extremas como la falta o
el exceso de agua o humedad, o la mejora en el cuajado de frutos al aplicar el
producto en la fase de floración, permitiendo aumentar también tanto la
elasticidad del fruto como los procesos de coloración que intervienen en su
madurez fisiológica.